Estamos en este mundo, principalmente por dos razones fundamentales:
1) Aprender, y 2) Ser felices.
Siempre estamos aprendiendo, desde que nuestra mente empieza a trabajar y nuestros sentidos empiezan a captar información en el vientre materno, hasta que exhalamos el último suspiro.
Para ser felices, primero tenemos que resolver nuestro conflicto interno, es decir, el conflicto que tenemos con nosotros mismos. La mejor forma de resolverlo, es aprendiendo a amarnos a nosotros mismos.
Es decir, el amor tiene que empezar, necesariamente, por amarnos a nosotros mismos.
El concepto de amor que aprendimos y que nos repiten los cuentos y las historias está equivocado. No se trata de dar todo nuestro amor a una persona y que esa persona nos de todo el amor que necesitamos. Cuando lo vemos así, estamos creando una gran dependencia de la otra persona.
Imagínate que estás en un intercambio de regalos. Tú te esmeras y compras el mejor regalo que puedes, sin importar el costo. Pero la otra persona no hace lo mismo, solo por cumplir, te da cualquier cosa, algo que ni siquiera te gusta o te sirve. ¿Cómo te vas a sentir? Frustrada, decepcionada, triste. Te vas preguntarte porque es así contigo, ¿será que no mereces algo bonito?, o ¿será que no valoran lo que tú haces, el esfuerzo, la dedicación, el sacrificio? En fin, al final te quedas con la certeza de que no es justo y en tu alma se queda un pequeño rencor que crece con el tiempo.
Así es la idea del amor que nos enseñaron. Primero los demás, luego tú. Tú tienes que esforzarte por quedar bien, por hacer sentir bien a los otros. Al final, no te queda energía ni tiempo para ti misma.
Ahora, imagínate que en tu corazón está todo el amor que necesitas. Ahí, justo en tu interior. Solo tienes que darte cuenta, porque ahí ha estado toda tu vida. Pero el amor empieza por amarte a ti misma, para que ese amor se desarrolle y crezca hasta convertirse en algo maravilloso, solo necesitas amarte a ti misma. Para esto, tenemos la siguiente lista:
- Aceptar que eres la mejor persona que puedes ser en este momento.
- Entender que tú no eres ni tu cuerpo ni tu mente. Tú eres la fuerza vital que les da vida, por lo tanto, eres amor en su más pura expresión.
- Entender que tu cuerpo y tu mente, son tus herramientas para vivir la experiencia humana. Es importante que las cuides y las mantengas en buen funcionamiento, porque te van a durar toda la vida.
- Amarte a ti misma significa que te aceptas tal y como eres. No necesitas ser perfecta, porque estás en este mundo para aprender y mejorar.
- No regañarte por nada. Darte cuenta que en tu interior, tu parte emocional es como una niña de tres años que lo que necesita es apoyo, amor y comprensión. ¡Y solo tú se los puedes dar!
Una vez que te amas y te aceptas tal y como eres, aprendes a sentir respeto por ti misma. Eso se proyecta en todas tus relaciones.
Con el tiempo, te vas a dar cuenta de que tu corazón se puede convertir en una fuente de amor inagotable. Pero tienes que empezar por el amarte a ti misma. No puedes dar lo que no tienes.
Ahora imagínate que tienes un helado muy rico, que nunca se termina. Cada vez que necesitas helado, ahí está, tienes más que suficiente y lo puedes compartir con quien tú quieras.
Entonces, lo que necesitas, es encontrar a una persona que también tenga su propio helado. De lo que se trata, es que podemos compartir nuestro helado con la persona que nosotros elegimos y aceptamos que esa persona nos comparta de su helado, pero si no lo hace, no pasa nada. Tenemos todo el helado que necesitamos.
El amor es como ese helado. Empieza por amarte a ti misma, nace de tu interior y tu corazón es una fuente inagotable de amor. Tenemos todo el amor que necesitamos en nuestro propio corazón, solo tenemos que amarnos a nosotros mismos.
Cuando encontramos a una persona que nos interesa, podemos compartir nuestro amor con ella y ella puede compartir su amor con nosotros. No se trata de dar y recibir, se trata de compartir.
Así, ¡nadie se queda con las manos vacías!, compartimos, hacemos cosas juntos, nos respetamos, nos apoyamos para crecer juntos. ¿Te suena mejor?
El amor, cuando es amor, es siempre verdadero.
Nuestras relaciones son diferentes: podemos tener un novio o compañero, podemos tener amigos y amigas, podemos tener familiares, compañeros de trabajo o de escuela. Podemos quererlos a todos, con el mismo amor – el amor es uno solo – pero nuestra relación con cada uno de ellos es diferente.
Con nuestro compañero – novio, amante, esposo, pareja – compartimos nuestra sexualidad, nuestra intimidad.
Con nuestros familiares, compartimos buenos y malos momentos; vivimos en la misma casa o nos visitamos, nos cuidamos y estamos pendientes unos de otros.
Con nuestros amigos, compartimos cosas que nos gustan y tenemos alguien con quien hablar, a quien confiarle nuestras cosas.
Nuestras relaciones son diferentes con cada persona. El amor es uno solo, es el mismo. El amor es parte de nuestra esencia, es parte de nuestra energía vital.
Por último, es importante que recuerdes esto: el pasado ya es historia y no tiene ninguna fuerza sobre nosotros. Es nuestra mente la que insiste en traer los malos recuerdos. El futuro, no ha llegado y en realidad, no podemos saber qué es lo que va a pasar mañana. Lo único que tenemos en realidad es el presente. Este día, hoy, el ahora. Todo ocurre en el presente, es en el presente cuando tenemos el poder de decidir cómo queremos que sea nuestra vida los siguientes años.
Saludos y buen día