miércoles, 1 de julio de 2009
Los círculos virtuosos.
Los círculos nos dan idea de continuidad, de retroalimentación, de una secuencia de cosas que se van repitiendo constantemente.
Hay círculos viciosos, que generan más y más resultados negativos, por ejemplo: el alcoholismo.
También hay círculos virtuosos. En estos, los eventos que se repiten como causa y efecto generan resultados positivos. Por ejemplo, mejorar tu autoestima.
En ambos casos encontramos una o más causas y uno o más efectos que se ligan entre sí. Lo que genera el círculo, es el inevitable regreso al principio, a repetir la secuencia y reforzar el resultado.
Podemos entender este funcionamiento de causa – efecto y poner atención en las causas que nos permiten generar círculos virtuosos.
Podemos aprender a trabajar con las personas fomentando los círculos virtuosos para lograr que durante su desarrollo, las personas pasen de un círculo virtuoso a otro, de manera que logren un desarrollo personal sano y feliz.
Podemos trabajar en la formación de una sociedad de adultos sanos y felices, que educarán a niños sanos y felices, a través de generar y mantener los círculos virtuosos.
Podemos tener un país de niños, adolescentes, jóvenes y adultos, felices, sanos, productivos, viviendo el presente, siempre con cosas por hacer, con objetivos y metas que alcanzar.
Cada acción positiva que realizamos para ayudar a otras personas, se convierte en el disparador de un círculo virtuoso.
Podemos generar cambios en la forma de pensar y de actuar de la gente, con tan solo cambiar nuestros conceptos. Cambia el concepto y tu vida cambia.
Los conceptos que aceptamos y consideramos como verdaderos, son como bloques que sostienen nuestros paradigmas de la realidad, de lo que es y no es, y que en su conjunto forman nuestra cultura. Creo firmemente que si logramos cambiar uno a uno esos conceptos, nuestra forma de pensar también va a cambiar y por lo tanto, cambiará nuestra forma de vivir.
Si somos lo que creemos que somos, entonces lo primero que tenemos que cambiar es el concepto que tenemos de nosotros mismos.
¿Qué es lo que creemos que somos? ¿Lo que aprendimos cuando éramos niños? ¿Lo que nos han dicho los demás? ¿Lo que los demás quieren?
Nosotros mismos nos ponemos límites a partir de una idea que tenemos acerca de lo que somos y de lo que podemos.
Cuando no llenamos las expectativas de los demás, nos juzgamos, nos calificamos mal, incluso nos castigamos.
Lo maravilloso es que puedes decidir cambiar lo que crees en este momento y a partir de ahora, vivir de otra manera, ver la vida desde otro punto de vista.
A partir de este momento, puedes cambiar tu vida.
¿Cuál sería tu círculo virtuoso para empezar?
Muy sencillo: empieza por conocerte a ti mismo, por aceptar que eres la mejor persona que puedes ser en este momento y que puedes cambiar para ser mejor. Empieza a quererte más, hasta que te aceptes tal y como eres.
Llena tus propias expectativas de lo que quieres para ti mismo.
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