Solo lo barato se compra con dinero

“Solo lo barato se compra con dinero”.

Facundo Cabral

El dinero puede comprar desde cosas hasta personas, desde los indispensables artículos de primera necesidad, hasta privilegios, vicios, favores, complicidades, lujos que llegan a lo absurdo o excesos que llegan a ser ofensivos.

También puedes comprar comodidades, placeres, símbolos de estatus económico, servilismo, compañía, servicios sexuales, puestos políticos, impunidad. En fin, puede comprar todo aquello a lo que se le pone precio. Donde quiera que alguien este dispuesto a pagar por algo, sin duda habrá alguien dispuesto a venderlo, casi siempre.

Porque hay cosas que ni todo el oro del mundo pueden comprar.

La vida, no la vida de otras personas, sino la tuya propia.

La salud. A pesar de que el dinero puede comprar los medicamentos más especializados y caros, los servicios de los médicos más costosos, de los mejores hospitales, de la mejor tecnología, siempre hay un límite: el límite de la ciencia y el conocimiento humano.

La dignidad, el respeto, la amistad, el amor. Son de las cosas que no tienen precio.

Como escucharte reír a carcajadas, como recibir una de tus sonrisas luminosas, como lograr unos minutos de alegría y esa sensación de felicidad que te entibia el corazón.

¿Cuánto valdría el espacio que tengo en tu corazón, o el espacio que ocupas en el mío?

¿Cuánto el espacio en tus pensamientos o en tus emociones?

¿Cuándo valdría un sueño, una ilusión?

¿Cuál sería el precio del amor o la amistad?

¿Cuál sería el precio del respeto o la admiración?

Son tantas las cosas hermosas de la vida que no se pueden comprar y son también las más importantes.

Pero tampoco son gratis, ni se dan a diestra y siniestra de forma indiscriminada.

Muchas de ellas te son dadas por las personas que te aman, simplemente por lo que eres en sus vidas.

Otras se ganan, pagando con la misma moneda: atención, dedicación, detalles, interés, cariño, amor.

Son las bendiciones que nos da la vida. Por eso, es importante mantener el corazón despierto, la mente atenta, la voluntad siempre dispuesta. Para reconocer lo hermoso de la vida, lo hermoso de cada día, de cada persona.

Si lo tienes hoy, ¡disfrutalo!, se agradecida con la vida. Es una forma de poner el amor en palabras, en hechos, en pequeños detalles que guardan memorias de los momentos felices.

Mañana, quien sabe lo que puede pasar mañana.