Quiero compartir este texto sobre una nueva forma de pensar hacerca de lo que normalmente vemos como defectos, y que en realidad son cualidades. ¡Que disfruten la lectura!
Saludos
"Si le escucháramos decir la frase “Únicamente tengo cualidades” a alguna persona, con seguridad se nos haría un tanto engreída. Sin embargo, aunque nos dé mala impresión, está diciendo la verdad. Las personas humanas solamente tenemos cualidades. Afirmación que trataré de explicar.
Las cualidades son capacidades que tenemos para lograr algo. Por ejemplo, la capacidad de comunicarnos, la capacidad de observar, la capacidad de conjuntar esfuerzos de personas para lograr un objetivo, son capacidades que al verlas en una persona decimos que dicha persona posee cualidades de comunicación, observación y liderazgo respectivamente. Y hasta aquí todo parece más o menos claro. Sin embargo nos enfrentamos a una paradoja.
La paradoja de nuestras grandes cualidades es que con cierta frecuencia dan la impresión de ser “defectos”.
Veamos algunos ejemplos en donde una gran cualidad puede aparecer como un gran defecto:
“El Chismoso” tiene la cualidad de la comunicación en mayor grado que la mayoría de las personas. Pero, por no saberla manejar en forma apropiada y oportuna, puede aparecer como “defecto”.
“El Criticón” tiene la cualidad de la observación en mayor grado que la mayoría de las personas; pero, por no saberla manejar en forma constructiva, puede aparecer como “defecto”.
“El Manipulador” tiene la cualidad de conjuntar esfuerzos para el logro de un objetivo en mayor grado que la mayoría de las personas; pero, por no saberla aprovechar para el bien común, puede aparecer como “defecto”.
Hemos dado tres ejemplos de tres grandes cualidades y, sin embargo, la gente las cataloga como “defectos”. Las cualidades están ahí, y además en alto grado; lo cual hace que no se puedan esconder. Con todo, su uso no adecuado las hace aparecer como defectos.
La falta de habilidades para aprovechar nuestras cualidades las hacen aparecer ante los ojos de los demás como defectos. Y lo que tenemos, no son defectos, sino simplemente falta de preparación en el manejo de nuestras cualidades.
Si nuestros papás, familiares, educadores y compañeros de trabajo no se hubieran asustado ante la magnitud de nuestras cualidades sobresalientes, tal vez nos hubieran podido ayudar a aprovecharlas en forma constructiva. Y peor aún, en más de un caso no faltó quien, asustado por la fuerza de nuestras cualidades, nos trató de disuadir de su manejo y aun nos obligó a reprimirlas. Lo cual, además de absurdo, resultó imposible, pues las cualidades son energías vitales que necesariamente se hacen presentes y que más vale que sepamos aprovecharlas.
Además aparece el problema cultural. Contamos con un pasado histórico que nos ha hecho creer que tenemos defectos (cualidades sobresalientes) y que tenemos que superarlos (entiéndase reprimirlos). Pasado histórico que no nos ha ayudado a descubrir y saborear nuestras cualidades, sobre todo las más sobresalientes, para aprender a aprovecharlas en forma constructiva.
Actualmente ya contamos con consejeros profesionales –psicólogos-, y con libros sobre la materia que nos han ido ayudando a ver las cosas de otra manera y nos han enseñado a amar nuestras cualidades y a aprovecharlas; no a rechazarlas o a negarlas. Todo es cuestión de aprendizaje, de educación, de autodesarrollo…
Para ubicar nuestras cualidades más sobresalientes, bastará con recordar por qué nos regañaban o molestaban cuando éramos chicos, ya sea en casa o en la escuela.
- ¿Nos regañaban por “inquietitos”? Entonces tal vez seamos personas con un alto grado de iniciativa.
- ¿Nos molestaban porque éramos “muy callados”? Entonces tal vez seamos personas con un alto grado de reflexión.
- ¿Nos molestaban porque se nos “ocurrían ideas locas”? Entonces tal vez seamos personas con una alta capacidad creativa.
- ¿Nos decían que le dábamos “demasiadas vueltas” a cualquier asunto? Entonces tal vez seamos personas con una alta capacidad de análisis.
- ¿Nos regañaban porque no nos “ajustábamos” fácilmente a lo preestablecido? Entonces tal vez seamos personas con una alta capacidad de generar cambios.
- ¿Nos regañaban en la escuela porque “alborotábamos” a los compañeros? Entonces tal vez seamos personas con alta capacidad de liderazgo…
¡Descubramos nuestras cualidades sobresalientes!
Revaloremos nuestras fuerzas vitales manifestadas en nuestras cualidades sobresalientes. Aprendamos a aprovechar su dirección y fuerza.
Atrevámonos a decir: “Yo únicamente tengo cualidades y mi autodesarrollo consiste simplemente en descubrirlas y en aprender a aprovecharlas en forma constructiva”.
1. ¿Qué cualidades tienes en mayor grado que el común de las personas?
2. Si aún crees que tienes algún defecto, ¿ya caíste en la cuenta que simplemente se trata de una gran cualidad que no has aprendido a aprovechar adecuadamente?
3. ¿Te has puesto a pensar lo que significaría de potencial, automotivación y compromiso si aceptaras que únicamente tienes cualidades?
(Tomado de “Reflexiones ejecutivas” del Dr. Javier Jiménez García de Alba)"
viernes, 18 de mayo de 2007
Una nueva forma de pensar, ¡cambia tus conceptos!
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