¿Cómo empezaron a celebrarse los cumpleaños? ¿Quien sería el primer gobernante, rey, emperador, sumo sacerdote, o como se llamara en ese entonces, a quien le vendieron la idea de que su nacimiento había sido tan importante que debería celebrar una gran fiesta en cada cumpleaños?
La cuestión es que heredamos, digamos que aprendimos esa tradición y en la actualidad hemos convertido el día del cumpleaños en un día especial, un día para celebrar, felicitar, darle buenos deseos, muestras de afecto y regalos, a los cumpleañeros.
Pero como dicen en la historia de “Alicia en el país de las maravillas”, tenemos un solo cumpleaños al año, pero nos quedan 364 días de no cumpleaños.
Contar el tiempo empezó como una necesidad para entender los ciclos de los cultivos y otras plantas. Cuando era mejor sembrar y cuando no.
Otra aplicación, es la necesidad de la historia de tener una referencia del tiempo para ubicar los sucesos que relata y que podamos entender cómo han evolucionado los diferentes grupos humanos en diferentes culturas.
Lo importante es entender que un día es especial porque elegimos que fuera especial, nosotros decidimos hacerlo especial y de la misma forma podemos decidir que todos y cada uno de los días que podemos vivir, pueden ser especiales.
Lo principal de este cambio de concepto, es entender que solamente tenemos un día a la vez, solo tenemos el hoy, el presente. Así que si aprendemos a vivir un día a la vez, sin darle tanta importancia al pasado o al futuro, lograremos encontrar las cosas que hacen especial a cada día, sin importar si es cumpleaños, aniversario, día festivo o solamente un no cumpleaños.
No digo que sea malo celebrar o que no debamos darle importancia al día en que nacimos. Finalmente, cada uno de nosotros somos la persona más importante del universo para nosotros mismos. Sin mi no puedo vivir, sin mi no puedo hacer ni sentir absolutamente nada.
La cuestión es que pensamos que al tener un día especial, tenemos que esperar ese día especial para estar felices, para expresar lo que sentimos, para ser amables y demostrar afecto o hacer un regalo. Lo peor de todo es cuando sentimos que debemos hacer estas cosas, cuando en lugar de ser algo agradable se convierte en un compromiso.
Cada día es especial, porque cada vez que nos despertamos y abrimos los ojos para darnos cuenta de que seguimos en este mundo, es otra oportunidad para hacer cosas, para disfrutar de cosas, para participar y compartir con otras personas.
Hoy estamos aquí, en el mundo. Tenemos todas nuestras capacidades, nuestras habilidades y el poder de usarlos para aprender algo mas y para ser felices este día.
Podríamos usar el lema “un día a la vez” o “solo por hoy”, que han utilizado en los grupos de AA. La biblia dice “bástele a cada día su propio afán”.
Imagínate que el mejor de tu vida es hoy desde que te levantas, empiezas con una sonrisa ante el espejo, y tu actitud se mantiene positiva durante el mayor tiempo posible. Buscas las cosas positivas, el aprendizaje en cada experiencia.
Si en algún momento tienes que enfrentar una circunstancia desagradable o dolorosa, lo haces y lo superas. No puedes elegir las circunstancias o ser inmune a las emociones. Las emociones están ahí, son reacciones naturales de nuestro organismo.
Lo importante es que puedes decidir que una vez que la circunstancia dolorosa o difícil ya paso, no es necesario mantener o retroalimentar las emociones. Dejemos que cada día tenga sus propias experiencias y vivamos el presente de la mejor manera posible.
Imagínate que todos los días a las 10:15 de la mañana, te pones a llorar y a quejarte, porque hace 10 años o mas, te caíste y te lastimaste las rodillas. ¡si te parece exagerado, solo piensa cuantas veces le has dedicado tiempo de dolor y sufrimiento a las heridas emocionales que viviste hace mucho tiempo. ¡Es exactamente lo mismo!
Recuerda, hoy es el mejor día de tu vida, hoy tienes permiso de ser feliz, de disfrutar de todas las cosas buenas que la vida pone a tu alcance. Si hoy es tu cumpleaños, ¡perfecto! Disfrútalo, festeja, ríete, se feliz por este día. Si no, entonces ¡es tu no cumpleaños!... ¡y también te lo puedes pasar muy bien!
Regala sonrisas, abrazos, demuéstrale tu afecto a las personas que quieres. Solo por hoy date permiso de ser feliz sin una razón especial, y por cierto...
¡Feliz no cumpleaños!