lunes, 1 de febrero de 2010

LA RUTINA 2



Imagínate que durante mucho tiempo, has escuchado a muchas personas hablar de los efectos que tiene la rutina en sus vidas.

Creen que hacen exactamente lo mismo todos los días. Los escuchas decir, “es que la rutina esto y la rutina lo otro”. Hablan de aburrimiento, de desánimo, de cansancio, de hastío. Esa es su percepción, culpan a algo llamado rutina. Pero es solo su percepción, en realidad, todos los días hacen cosas diferentes, hablan con diferentes personas sobre cosas diferentes. Si lo piensan un poco, ninguno de nosotros es la misma persona que era hace 10 años (o 10 kilos, dicen algunos), la realidad es que ni siquiera somos la misma persona que eramos hace un mes o una semana. Cada experiencia, cada aprendizaje, genera un pequeño cambio en nosotros.

Lo que llamamos rutina es solo una especie de fantasma que sirve para justificar el desánimo y el aburrimiento, pero que no existe.

En realidad solo estamos considerando las actividades muy generales que repetimos: levantarse, bañarse, vestirse, desayunar, ir al trabajo (o a la escuela), salir a comer, regresar al trabajo (o hacer tareas), regresar a casa, cenar, acostarnos a dormir. Visto de esta manera, podemos llegar a creer que todos los días son iguales, pero es nuestra actitud la que influye en la forma en que percibimos las cosas.

Somos lo que creemos que somos. Si creemos que vivimos una rutina, así lo manejamos en nuestra mente. Es una realidad para nosotros.

En esta segunda parte, el poema trata de esa otra rutina que no vemos, se refiere a todos esos actos que repetimos sin necesidad de pensar en ellos, que son pequeñas rutinas aprendidas y convertidas en parte de nuestros hábitos. ¿Has notado si te bañas siguiendo la misma secuencia todos los días?, ¿O que no necesitas pensar como le pones pasta al cepillo de dientes?. Existe una infinidad de cosas que repetimos en automático, son actos rutinarios, que nos sirven y que nos permiten concentrar nuestra atención en cosas más importantes.

El comentario de una amiga me hizo reflexionar en que no estaba considerando esta otra parte, la rutina que nos facilita la vida, que nos da seguridad porque podemos saber que esperamos en las siguientes horas o incluso días.

La intención es comunicar un concepto, que la persona que lea el poema, se de la oportunidad de considerar que realmente esa mala rutina no existe; si las pequeñas rutinas buenas que nos ayudan a diario.


LA RUTINA 2

Existe también otra rutina,
la repetición de las pequeñas cosas
con las que vivimos el día a día
que casi ni notamos de tan perfecta.

La que trabaja para nosotros,
sin necesidad de pensarse,
en automático y en armonía
con nuestra pequeñas necesidades.

Que es tan útil
tan indispensable
que nos da seguridad
que nos da confianza

Que lo mismo sirve
para bañarse, cepillarse los dientes,
para peinarse o vestirse,
para tomar el café de las mañanas.

Todas esas cosas que no necesitamos pensar,
esa es la rutina que nos sirve
que nos ayuda, que nos salva
la que facilita la vida, las pequeñas cosas.

Forma parte de nuestros hábitos,
de nuestra forma de vida.
Pero, cosa curiosa, de ésta nadie habla
nadie se queja, nadie se aburre.

Esta rutina no la consideramos aburrida, porque casi ni la notamos.

La vida es una sola oportunidad y es hoy. Vive hoy como quieres vivir, busca en lo más profundo de tu ser lo que realmente quieres de la vida. Todos podemos decir que queremos tener mucho dinero y que nada nos cueste trabajo, pero la verdad, es que las cosas son más sencillas, simples, de lo que creemos. Disfrutar de lo que hacemos, ser lo mejor que podemos ser, aprender a amarnos y aceptaros como somos, descubrir cual es nuestro sueño y trabajar para hacerlo realidad. ¿Que tanto puedes avanzar hoy?