jueves, 24 de mayo de 2007

El creador, cuento.




Entró sin prisa a su laboratorio y empezó a revisar algunos detalles de su última creación. Las constelaciones y las galaxias se movían con el orden esperado, de acuerdo con los complicados algoritmos y formulas previamente establecidas. Cada una de las estrellas mantenía su posición y seguían los movimientos en perfecta sincronía, el orden perfecto.

Se sentó frente a la magnifica computadora universal y fue repasando algunos sectores específicos. Cuando llegó a la galaxia en espiral XB39YW45ZV36, fijó su atención en el pequeño pero hermoso tercer planeta del sistema solar.

De acuerdo con los análisis de la computadora universal, hacia varios días que se había generado una manifestación de diminutos seres vivos que evolucionaban con gran rapidez, con cambios espectaculares, las especies aparecian y desaparecian con cierta frecuencia. Allí había depositado algunas pequeñas muestras de seres humanos, que se adaptaron rápidamente al medio ambiente y estaban evolucionando favorablemente.

Eran muy prolíficos, parecían bastante organizados y resultaron sorprendentemente hábiles para modificar el medio ambiente a su favor, aunque algunos reportes señalaban que el delicado equilibrio del planeta se veía amenazado últimamente.

No dejaba de ser interesante este tipo de información, pero el trabajo esperaba y siguió revisando los sectores restante de la galaxia. De acuerdo con la bitácora, le quedaba aún bastante trabajo por hacer, así que se concentró en sus tareas. Mañana será otro día – dijo para si mismo – ya veremos que es lo que ha pasado con el experimento del tercer planeta. Al terminar el turno, le dio un ultimo vistazo al reporte del tercer planeta del sistema solar, el que había dado ya otras mil vueltas al sol, tan solo en su jornada. Solo algunas manifestaciones de energía nuclear en puntos bien localizados de la superficie del pequeño planeta, que no llegaba a representar nada importante.

En todo caso – se dijo a si mismo – si ocurre una reacción en cadena o algún fenómeno inesperado que colapse el pequeño planeta, solo tendría que hacer el reporte de los cambios ocurridos, lo cual no era gran cosa. Terminó de hacer su reporte y salió del laboratorio, con la conciencia tranquila y la satisfacción del deber cumplido.


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